lunes, 12 de septiembre de 2022

El ocaso Cap. 06

 


 

    El sol se estaba ocultando, Tago se asomó  a la entrada cubierto con un atuendo que le había hecho Alynka de un material brillante que le cubría de la cabeza hasta los pies, con una especie de piedra oscura que cubría total su rosto y no le dejaba ver nada.

Alynka.- ¿Dónde vas?

Tago.- me dijiste que con esto podría ver el sol

Alynka.- espera aún no

     Luna y Alynka, también se los pusieron; ese atardecer sería la primera vez y alynka no quería que ninguno de ellos corriera el más mínimo riesgo.

 Alynka.- quedaros unos cuantos pasos tras de mí y no se os ocurra acercaros hasta que yo os llame

Luna.- pero mamá

Tago.- obedece, ella solo quiere protegernos

Luna.- ¡Bueno!  - enfurruñada-

      Alynka se fue acercando a la entrada;  una vez en ella, metió sus dedos entre dos losas creando una pequeña abertura.

                 Tras unos segundos abrió los ojos para mirar el atardecer y comprobar que el cristal fuera lo suficiente oscuro por la cantidad de capas puestas para no cegarla.

Alinka.- ya podéis venir, pero con los ojos cerrados 

      Los dos se acercaron con tanta decisión como miedo.

               Alynka los puso frente a la abertura pero a una distancia de precaución.

Alynca.- ahora poco a poco abrir los ojos

     A lo lejos, metiéndose en el horizonte se veía una gran bola, una cosa parecida a la luna llena, esa, la que Tago solo había visto en las noches en que el firmamento se llenaba de nubarrones  y  torrentes ácidos les hacían esconderse.

Luna.- ¿y eso es el sol?

Tago.- me hace daño en los ojos

Alynka.- cierra los ojos y ábrelos  solo un poquito,   muy poquito, día tras día te acostumbrarás.  Ese día en que lo aguantes sin dolor, sin que te moleste, esa noche estarás preparado para salir con nosotras en las noches de luna llena

Tago, ¿puedo intentarlo otra vez?

Alynka.- no, por hoy es suficiente, poco a poco, vamos, los dos para dentro

Luna.-y yo  ¿lo puedo mirar un poquito más?

    -Tago se fue al interior triste de no poder intentarlo otra vez-

Alynca.- Luna, vamos

Luna.- pero mamá

Alynka.- Tago es diferente, él no puede y tú no quieres verlo triste verdad

Luna.- claro, hay que tener con él un poco de simpatía

Alynka.- simpática ya eres, lo que hay que tener es:

   Em-pa-tí-a

Luna.- pues eso

Alynka.- no, no es lo mismo

            Los tres se quitaron los trajes y tago aún en su pesar, pudo darse cuenta que por él renunciaban a seguir viendo el sol.

 

     Sentados, comiendo y hablando, siempre Luna y tago, eran un torrente inmenso de preguntas que no siempre Alynka sabía muy bien cómo responder. 

              Inventaba metáforas con cosas ya conocidas para explicar lo inexplicable.    Les intentaba hacer ver el ciclo de la supervivencia, con las contradicciones que siempre provocaba el sacrificio de un ser vivo bien sea animal o vegetal para que otro pudiera alimentase y poder seguir el ciclo de la vida.

         Tago entendió y les hizo entender que en su pueblo también había algo bueno aunque carente de belleza.

                -  Las dos callaban, mientras Tago les exponía su percepción de las cosas, tal y como él las veía-

Tago.- hacer daño está mal.        Entonces alimentarse de otro ser vivo de cualquier tipo también está mal, porque es quitar una vida para que otra sobreviva

Alynka.- pero eso en un ciclo natural

Tago.- pero nosotros tenemos que tener conciencia del bien y el mal

Luna.- claro porque nosotros somos personas

Tago.- a eso voy.   Mi pueblo no conoce la conciencia del bien ni el mal, solo la supervivencia.   Lo útil vive y lo que no es útil se elimina

Alynka.- pero un ser enfermo se puede curar. Nosotras lo hicimos contigo

Tago.- pero ellos no pueden curar, no saben y si así fuese no habría alimento para todos, entonces sería peor

Luna.-pero has podido ver que si hay alimentos distintos,  además nutren y te ponen fuete

Alynka.- ya te entiendo y tienes razón

Tago. ¿Tú me entiendes?

Luna.- pues yo no

Alynka.- prefiero que se lo expliques tú Tago

Tago.-  un momento que pienso

              -se incorporó y dio varios paseos alrededor  de la “mesa”-

Tago.- ¿Qué hemos comido hoy?

Alynka.- a mi no me mires, esto es una cosa entre vosotros dos

Luna.- pues lo de siempre, animalitos y plantas

Tago.- hemos quitado la vida a animales y plantas

Luna.- pues claro, pero tendremos que comer

Tago.- mi pueblo utiliza las piedras y el líquido que cae del cielo y no hace daño a ningún animal ni planta

Luna.- pero porque tu pueblo no sabe donde están los animales y las plantas

Tago.- entonces prefiero que nunca lo sepan

Luna.- pero solo con eso no podrán sobrevivir, no podrán curar los enfermos;   aquel que no sea útil, será dejado  a la luz del sol.

Tago.- claro, pero cómo compensar el bien y el mal

Alynka.-  eso es imposible

Tago.- pero si no se conoce el bien, no existe el mal y si no se conoce al mal, no existe el bien

Luna.- pero el bien y el mal, existirán siempre aunque no los conozcamos

Tago. Existirán, pero la balanza no se inclinará en ningún sentido

 

         Alynka se levanto y se fue ella sola a pasear bajo las estrellas por el desmantelado cementerio;         mientras ellos dos seguían allí sentados debatiendo sobre la línea que separa el bien del mal, quién marcaba esas líneas y que línea de las marcadas era la correcta.

 

      Porqué separar el universo en dos, cuando el infinito es solo uno.

 

 


 

 

 

 

 

 

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