miércoles, 8 de marzo de 2023

Gorras en el armario 021

 


 

      Nada más llegar a casa, lo primera intención es comer algo y después que se acostase para que descansase.

  El doctor les ha avisado que se encontraría bastante cansado pero que no se preocupen, la primera dosis ha sido nada, flojita, pero el cuerpo hará su reacción. 

         Jaime se encuentra bien, está muy contento viendo que no le han hecho daño y en su interior piensa:

.- pues no era para tanto

Laura.- ¿qué tal estás?

Jaime.- yo bien

Ernesto.- ahora comemos y te acuestas

Jaime.- estoy bien; por qué no vamos a ver a Raúl y a Patri, seguro que están deseando verme

Laura.- yo creo que estás mejor en casa, pero si tú te atreves

Jaime.- vamos y así me da el aire

Ernesto.- a ver si la liamos

Laura.- vamos, que está aquí al lado

     Los tres van tan contentos a ver a sus amigos.

    Entran en el bar y aquello es un alboroto de alegría, pero al momento Jaime se empieza a encontrar mal.

Jaime.- Papá, creo que no me encuentro bien

Ernesto.- es que sois muy cabezones, nos teníamos que haber quedado en casa

Laura.- ¿pero te mareas?  ¿Quieres que te llevemos al hospital?

Jaime.- que no mamá, que me duele todo el cuerpo

Ernesto.- si es que eso es normal, vamos para casa y te acuestas;   vamos que te llevo yo a caballito

Jaime.- que no, qué vergüenza, vamos andando despacio
Patricia.- Raúl;  vete a por el coche

Laura.- dejaros de tonterías, que en lo que vas y vuelves ya estamos en casa

Ernesto.- vamos, ya os diré cómo va la cosa

Raúl.- cualquier cosa, llamas

Laura.- tranquilidad, ahora que descanse que es lo que tiene que hacer;   la culpa es mía por no querer ver las cosas como son

Patricia.- nadie es culpable,  habéis venido,  os hemos visto y punto.

    Llegan a casa, Jaime se va directo a la cama y se mete dentro vestido; siente escalofríos y le llega el dolor hasta la punta de los dedos.

Laura.- vamos ponte el pijama y a descansar

Ernesto.- tienes mala cara, pero estate tranquilo que ahora te damos un paracetamol

Jaime.- es raro,  como si tuviese gripe,  me duele todo

Ernesto.- hay mi gigante valiente, que se nos ha quedado en nada

Laura.- no te rías del niño que está mal

Ernesto.- si no me río de él, pero mejor eso que ponerme a llorar

Laura.- marcha de aquí y deja de decir bobadas

Jaime.- ¿te puedo pedir una cosa?

Laura.- pues claro, que quieres   ¿que me quede aquí contigo?

Jaime.- no.  Que vayas a la salida del cole y les digas a Inma y Adry que estoy bien y que no se preocupen

Laura.- no te preocupes que yo se lo digo cuando salgan, voy al parque y les cuento que te has portado muy bien.

Jaime.- vale mamá

Ernesto.- tómate este paracetamol que te vendrá bien y descansa, verás cómo mañana estás mejor.

Laura.- yo me quedo con él un rato, tú vete a ver la tele al comedor

Ernesto.- vamos que molesto

Laura.- ¿eres tonto? Que quiero yo estar aquí un rato

Jaime.- un beso papá

Ernesto.- claro que sí, uno y todos los que quieras; venga a descansar

 

       A las cinco Laura sale a cumplir con el encargo que le ha hecho para sus amigas, mientras Ernesto queda como un pasmarote en el pasillo con los oídos bien pendientes por si se queja Jaime.  Hace un momento se ha quedado ya dormido.

    -Cuando vuelve Laura, todo está en silencio sepulcral.

          La puerta de la habitación entreabierta y las luces apagadas-

Laura.- ¿Qué tal?

Ernesto.- parece que está mejor, al menos duerme.

Laura.- qué guapo, hazle una foto así dormidito con esos tirabuzones rubios sobre la almohada.

Ernesto.- ya le he hecho varias, jolín que putada, dentro de poco nos pasaremos un tiempo sin verlo así.

Laura.- pero a las niñas se les veía bien contentas con su sombrero

Ernesto.- y los niños estaban chulos con la gorra

Laura.- ellos son más inteligentes que nosotros y con Paula están muy bien, esa señora es un cielo

Ernesto.- bueno todos, porque la verdad es que son majísimos

Laura.- vamos a sentarnos a la cocina para estar más cómodos y nos tomamos un café que si hace algún ruido lo oímos.

 

 -No se han terminado de sentar cuando suena el timbre-

 

Ernesto.- qué raro ¿quién será a esta hora?

Virtudes.- buenas tardes ¿se acuerda de mí?

Ernesto.- sí claro

Virtudes.- este es Andrés ¿podríamos hablar ahora con ustedes un momento?

Ernesto.- pasar a la cocina que está mi mujer, ahora es que está Jaime dormido

Laura.- buenas tardes ¿les apetece un café?

Virtudes.- pues sí;  mira estos son los padres de Jaime “el niño nuevo” Ernesto y Laura y este es Andrés el profesor que se dedica a pasar de casa en casa como apoyo a los estudios de los pacientes en edad escolar

Laura.- encantada de conocerle;   pero sentaros, es que a Jaime le dolía todo el cuerpo y lo tenemos dormido

Andrés.- tengo que apuntar vuestro teléfono y vosotros apuntar el mío.    Yo suelo pasar por cada casa una hora tres veces a la semana, a la hora que prefieran y así apoyar en los estudios a estos pequeños.   Hay muchos que faltan bastante al colegio y si ese fuera el caso ya se incrementa el horario bien por la mañana o por la tarde alternando días entre Virtudes y yo.

Laura.- Jaime dice que quiere seguir yendo a la escuela, así que tendría que ser a partir de las seis que es cuando él hace los deberes

Virtudes.-  a mí me parece estupendo, pero el cansancio a veces supera las ganas y las miradas de los compañeros no ayudan mucho.

Laura.- Jaime nunca fue de muchos amigos y sus amigas lo apoyan incondicionalmente.

Andrés.- demos el tiempo al tiempo, yo si les parece bien pasaré los martes y jueves a las seis para así ir haciendo amistad con él y ayudarle con los deberes;  después, más adelante Dios dirá.

Ernesto.- perfecto, yo sé que toda ayuda va a ser buena

Virtudes.-  pues en eso quedamos; ya los veo yo dentro de tres semanas en el hospital, que si quieren dejarlo allí conmigo no se va a aburrir.

Laura.- muchas gracias por venir y aquí estamos para si necesitan algo.

 

   -Otra vez solos en la cocina, hablando con sus miradas, en silencio, con el oído puesto en la respiración de su pequeño-.

 

 


 

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