Esa tarde iba a ser especial por muy cansados
que llegasen a casa.
Llevaron un plato con
tapas para que comiese Jaime y después de arreglarse, se fueron a estrenar el
coche.
Después de callejear un rato
salieron a carretera para hacer unos kilómetros y probar como iba.
Ernesto buscaba en la radio
alguna emisora en la que hubiese música y Jaime permanecía embobado mirando
solo a su madre, siempre atenta a la carretera.
Paula, se unió a las tardes
de vino y tapa, ya era una más de la pequeña familia y mientras uno cualquiera jugaba
con Jaime, el resto pensaban en que regalarle para reyes.
Su intención era regalarle
algo barato cada uno y luego poner dinero para entre todos hacerle un regalo
que recordase toda la vida. Le lanzaban preguntas sin sentido para saber
qué cosa le podía hacer más ilusión, pero a él todo parecía darle igual.
-Paula se puso a hablar con él de cosas
que le gustaría tener o hacer, pero que las veía imposibles-
Paula.- Pues yo de pequeña, quería tener un gato,
pero mis padres nunca me dejaron
Jaime.- ¿un gato? Mejor un perro
Paula.- aunque lo que más quería,
era un mueble tocador con espejo, que había en una tienda cerca de casa, pero
era muy caro
Jaime.- yo el otro día vi en un
escaparate un microscopio y cuando sea grande me lo compraré, ahora aún soy muy
pequeño
Paula.- ¿y si se lo pedimos a los
Reyes magos?
Jaime.- no, ya les he escrito la
carta y con lo que les he pedido me vale
Paula.- ¿y qué les has pedido?
Jaime.- es un secreto
Paula.- pues se la tienes que dar
a papá o mamá para que se la manden
Jaime.- ya la eché yo en el buzón,
ese que hay en la esquina
Paula.- ¿y de donde sacaste el
sobre?
Jaime.- lo hice en el cole, nos
enseñó el maestro en trabajos manuales
Paula.- pues me da que vas a
tener que mandar otra, porque no le pondrías sello
Jaime.- no sabes que para los
reyes no hace falta sello
Paula.- pues no lo sabía
Jaime.- solo hay que poner para
los Reyes Magos de Oriente y dentro, debajo del nombre y la firma, poner bien
clarita la dirección
Paula.- de todas formas, si quieres
le escribimos otra vez y la echo yo en el buzón especial de urgente a los
Reyes, por si alguna de las dos no llega a tiempo
Jaime.- que no
Paula.- bueno pues piénsalo, pero
yo creo que no estaría demás.
Jaime no soltaba prenda,
pero bueno en último caso mirarían el comprarle el microscopio, pero tenía
razón en que para eso aún era algo pequeño.
Día a día, le atacaban
por todos los flancos, para que dijese que le había pedido a los reyes pero
nada, hasta que una tarde:
Ernesto.- vaya sorpresa, El doctor Hernández y Claudia
Jaime.- Hola doctor Jesús
Laura.- ¿cómo vosotros por aquí?
Jesús.- pues que hemos salido a
tomar algo y hemos pensado: ¿Qué mejor sitio?
Claudio.- no encontrarán sitio
mejor
Paula.- ni mejor compañía
Laura.- les presento a Raúl “el
dueño del bar” y Patri su señora, aquí todos en familia
Patricia.- pues para lo que va a
haber ya a estas horas, debíamos aprovechar y bajar la trapa, así no molesta
nadie
Jesús.- ¿pero no es muy pronto?
Raúl.- de los habituales ya no
queda nadie, voy a cerrar no sea que encima me toque aguantar a algún pesado
para un puñetero vino
-Mientras todos conversaban y tomaban, Jaime
y Claudia se apartaron un poco; sentados en otra mesa ella quería hacerle unas
preguntas para ver que tal llevaba el tratamiento a nivel amínico-
Pasado un rato, Claudia
estaba muy satisfecha con sus reacciones, miedos y esperanzas; tenía una actitud muy positiva y se sabía
apoyado por todo su entorno ante cualquier situación.
Jaime.- ¿te puedo hacer una
pregunta?
Claudia.- pues claro
Jaime.- dice Claudio que eres muy
lista
Claudia.- a ver, tanto como lista…
Jaime.- Yo creo que he sido
bueno, pero hay un niño en el cole que no se yo
Claudia.- pues los reyes a ese
niño, no sé
Jaime.- por eso yo les he pedido una gorra grande
como si fuera para mí y así luego se la doy
Claudia.- ¿pero muy grande?
Jaime.- es que tiene la cabeza
muy gorda
Claudia.- pues muy bien
Jaime.- pero les estoy mintiendo
Claudia.- no te preocupes, eso no
es mentir, solo que no has dado detalles
Jaime.- ya me quedo más
tranquilo; pero no le digas nada a Paula, que es un secreto
Claudia.- tranquilo, vamos con
ellos que ya llevamos mucho rato y van a sospechar
Jaime.- si vamos
-Patri entró a la cocina,
y desde allí llamó a Claudia-
Patricia.- Claudia ven, que no te he enseñado la cocina
Claudia.- pues sí que es grande
Patricia.- pasa, pasa, que cierro la
puerta
-antes de cerrar ya estaban
allí Laura y Paula-
Laura.- que andáis chismorreando
Patricia.- ¿de qué has hablado con
Jaime?
Claudia.- secreto profesional
Paula.- bobadas, desembucha
Claudia.- que va muy en serio, las
conversaciones entre médico y paciente son íntimas; es como un secreto de
confesión
Patricia.- pero está bien de la
mente
Claudia.- está muy bien
Laura.- menos mal
-
Claudia le picaba algo en la punta de la lengua-
Claudia.- bueno es un secreto pero
me ha dicho que para reyes a pedido una gorra para un amigo que debe tener la
cabeza muy grande
Paula.- ¿una gorra?
Laura.- este niño de bueno es tonto,
seguro que es para Samuel
Claudia.- ¿quién es ese Samuel?
Laura.- el niño que le quitó la
gorra en el patio y al final cobró
Patricia.- a ese, ni agua
Claudia.- hacerme el favor de comprarle
una gorra y que se la dé. Así verá que los reyes lo han escuchado y
seguro que ese niño necesita más una simple muestra de amistad que otras cosas
Patricia.- pero si no son amigos
Claudia.- pues tal vez, así lo son
Laura.- no sé yo si me gusta la
idea
Claudia.- no seáis así, darle una
oportunidad al pobre muchacho
Raúl.- a ver, las del convento, salís ya o qué
Patricia.- ya vamos pesados
Claudio.- bueno yo me voy que se me
hace la hora
Raúl.- hasta mañana
Ernesto.- se estarán confesando, mira que le dan a la sin hueso.
Jesús.- déjalas que te va a dar
igual
Salieron de la cocina y
siguieron conversando un rato todos mientras terminaban el contenido de sus
copas.
-Ya de camino a casa-
Claudia.- hacía tiempo que no me
sentía tan a gusto tomando un vino
Jesús.- pues ya sabemos el sitio,
creo que se juntan todas las tardes
Claudia.- Jaime, está muy bien, se
nota la cantidad de apoyo que recibe de todos
Jesús.- te has fijado el cambio
que ha pegado Claudio
Claudia.- si me lo dicen hace
tiempo no me lo creo, está fabuloso incluso bromea y se ve que a Jaime lo adora
Jesús.- y cómo mira a Paula,
hacen buena pareja
Claudia.- eso si que no lo
veo; tiene mucho guardado dentro y le va a costar
sacarlo
Jesús.- tiempo al tiempo, no se
gano Zamora en una hora
Claudia.- ojalá, los dos se merecen
lo mejor
Se aproximaba la Nochevieja,
ese día las hijas de Paula tampoco estarían aquí; muchos kilómetros de recorrido para una
“simple cena”. Pero este año ya tenía con quien comer las uvas. El
que no podría estar era Claudio, libró en Nochebuena, así que Nochevieja le
tocaba trabajar.
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