domingo, 26 de marzo de 2023

Gorras en el armario 031

 

 

 

            Esa tarde iba a ser especial por muy cansados que llegasen a casa.

       Llevaron un plato con tapas para que comiese Jaime y después de arreglarse, se fueron a estrenar el coche.

     Después de callejear un rato salieron a carretera para hacer unos kilómetros y probar como iba.

      Ernesto buscaba en la radio alguna emisora en la que hubiese música y Jaime permanecía embobado mirando solo a su madre, siempre atenta a la carretera.

 

    Paula, se unió a las tardes de vino y tapa, ya era una más de la pequeña familia y mientras uno cualquiera jugaba con Jaime, el resto pensaban en que regalarle para reyes.

       Su intención era regalarle algo barato cada uno y luego poner dinero para entre todos hacerle un regalo que recordase toda la vida.   Le lanzaban preguntas sin sentido para saber qué cosa le podía hacer más ilusión, pero a él todo parecía darle igual.

            -Paula se puso a hablar con él de cosas que le gustaría tener o hacer, pero que las veía imposibles-

Paula.-  Pues yo de pequeña, quería tener un gato, pero mis padres nunca me dejaron

Jaime.- ¿un gato? Mejor un perro

Paula.- aunque lo que más quería, era un mueble tocador con espejo, que había en una tienda cerca de casa, pero era muy caro

Jaime.- yo el otro día vi en un escaparate un microscopio y cuando sea grande me lo compraré, ahora aún soy muy pequeño

Paula.- ¿y si se lo pedimos a los Reyes magos?

Jaime.- no, ya les he escrito la carta y con lo que les he pedido me vale

Paula.- ¿y qué les has pedido?

Jaime.- es un secreto

Paula.- pues se la tienes que dar a papá o mamá para que se la manden

Jaime.- ya la eché yo en el buzón, ese que hay en la esquina

Paula.- ¿y de donde sacaste el sobre?

Jaime.- lo hice en el cole, nos enseñó el maestro en trabajos manuales

Paula.- pues me da que vas a tener que mandar otra, porque no le pondrías sello

Jaime.- no sabes que para los reyes no hace falta sello
Paula.- pues no lo sabía

Jaime.- solo hay que poner para los Reyes Magos de Oriente y dentro, debajo del nombre y la firma, poner bien clarita la dirección

Paula.- de todas formas, si quieres le escribimos otra vez y la echo yo en el buzón especial de urgente a los Reyes, por si alguna de las dos no llega a tiempo

Jaime.- que no

Paula.- bueno pues piénsalo, pero yo creo que no estaría demás.

     Jaime no soltaba prenda, pero bueno en último caso mirarían el comprarle el microscopio, pero tenía razón en que para eso aún era algo pequeño.

 

        Día a día, le atacaban por todos los flancos, para que dijese que le había pedido a los reyes pero nada, hasta que una tarde:

 

 Ernesto.- vaya sorpresa, El doctor Hernández y Claudia

 Jaime.- Hola doctor Jesús

Laura.- ¿cómo vosotros por aquí?

Jesús.- pues que hemos salido a tomar algo y hemos pensado: ¿Qué mejor sitio?

Claudio.- no encontrarán sitio mejor

Paula.- ni mejor compañía 

Laura.- les presento a Raúl “el dueño del bar” y Patri su señora, aquí todos en familia

Patricia.- pues para lo que va a haber ya a estas horas, debíamos aprovechar y bajar la trapa, así no molesta nadie

Jesús.- ¿pero no es muy pronto?

Raúl.- de los habituales ya no queda nadie, voy a cerrar no sea que encima me toque aguantar a algún pesado para un puñetero vino

             -Mientras todos conversaban y tomaban, Jaime y Claudia se apartaron un poco; sentados en otra mesa ella quería hacerle unas preguntas para ver que tal llevaba el tratamiento a nivel amínico-

     Pasado un rato, Claudia estaba muy satisfecha con sus reacciones, miedos y esperanzas;   tenía una actitud muy positiva y se sabía apoyado por todo su entorno ante cualquier situación.

 

Jaime.- ¿te puedo hacer una pregunta?

Claudia.- pues claro

Jaime.- dice Claudio que eres muy lista

Claudia.- a ver, tanto como lista…

Jaime.- Yo creo que he sido bueno, pero hay un niño en el cole que no se yo

Claudia.- pues los reyes a ese niño, no sé

Jaime.-  por eso yo les he pedido una gorra grande como si fuera para mí y así luego se la doy

Claudia.- ¿pero muy grande?

Jaime.- es que tiene la cabeza muy gorda

Claudia.- pues muy bien

Jaime.- pero les estoy mintiendo

Claudia.- no te preocupes, eso no es mentir, solo que no has dado detalles

Jaime.- ya me quedo más tranquilo; pero no le digas nada a Paula, que es un secreto

Claudia.- tranquilo, vamos con ellos que ya llevamos mucho rato y van a sospechar

Jaime.- si vamos

        -Patri entró a la cocina, y desde allí llamó a Claudia-

Patricia.-  Claudia ven, que no te he enseñado la cocina

Claudia.- pues sí que es grande

Patricia.- pasa, pasa, que cierro la puerta

     -antes de cerrar ya estaban allí Laura y Paula-

Laura.- que andáis chismorreando

Patricia.- ¿de qué has hablado con Jaime?

Claudia.- secreto profesional

Paula.- bobadas, desembucha

Claudia.- que va muy en serio, las conversaciones entre médico y paciente son íntimas; es como un secreto de confesión

Patricia.- pero está bien de la mente

Claudia.- está muy bien

Laura.- menos mal

-         Claudia le picaba algo en la punta de la lengua-

Claudia.- bueno es un secreto pero me ha dicho que para reyes a pedido una gorra para un amigo que debe tener la cabeza muy grande

Paula.- ¿una gorra?

Laura.- este niño de bueno es tonto, seguro que es para Samuel

Claudia.- ¿quién es ese Samuel?

Laura.- el niño que le quitó la gorra en el patio y al final cobró

Patricia.- a ese, ni agua

Claudia.- hacerme el favor de comprarle una gorra y que se la dé.         Así verá que los reyes lo han escuchado y seguro que ese niño necesita más una simple muestra de amistad que otras cosas

Patricia.- pero si no son amigos

Claudia.- pues tal vez, así lo son

Laura.- no sé yo si me gusta la idea

Claudia.- no seáis así, darle una oportunidad al pobre muchacho

Raúl.- a ver,  las del convento,  salís ya o qué

Patricia.- ya vamos pesados

Claudio.- bueno yo me voy que se me hace la hora

Raúl.- hasta mañana

Ernesto.- se estarán confesando,  mira que le dan a la sin hueso.

Jesús.- déjalas que te va a dar igual

 

      Salieron de la cocina y siguieron conversando un rato todos mientras terminaban el contenido de sus copas.

          -Ya de camino a casa-

Claudia.- hacía tiempo que no me sentía tan a gusto tomando un vino

Jesús.- pues ya sabemos el sitio, creo que se juntan todas las tardes

Claudia.- Jaime, está muy bien, se nota la cantidad de apoyo que recibe de todos

Jesús.- te has fijado el cambio que ha pegado Claudio

Claudia.- si me lo dicen hace tiempo no me lo creo, está fabuloso incluso bromea y se ve que a Jaime lo adora

Jesús.- y cómo mira a Paula, hacen buena pareja

Claudia.- eso si que no lo veo;    tiene mucho guardado dentro y le va a costar sacarlo

Jesús.- tiempo al tiempo, no se gano Zamora en una hora

Claudia.- ojalá, los dos se merecen lo mejor

 

 

   Se aproximaba la Nochevieja, ese día las hijas de Paula tampoco estarían aquí;   muchos kilómetros de recorrido para una “simple cena”. Pero este año ya tenía con quien comer las uvas.    El que no podría estar era Claudio, libró en Nochebuena, así que Nochevieja le tocaba trabajar.

 

 


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