miércoles, 22 de marzo de 2023

Gorras en el armario 029

 

 

 

A la siguiente semana se reforzarían las horas de clase en casa dos días a la semana por la mañana, los otros tres días lectivos iría con sus compañeros de siempre o al menos lo intentaría.

Ernesto.- he estado hablando con D. Ramón y me ha dicho que conoce a un profesor que está jubilado y que se dedica a dar clases por las casas, más que nada por no aburrirse y que si queremos habla con él

Jaime.- pero yo no quiero más maestros, yo quiero seguir yendo al colegio

Ernesto.- ¿pero tú te ves capaz?

Jaime.- yo creo que sí, aunque algún día falte

Laura.- yo creo que el niño tiene razón;       tiene que ponerse unas metas e intentar conseguirlas, para hablar con ese señor tiempo hay.

Jaime.- pero…  si no lo logro y al final suspendo

Ernesto.- no, eso ni lo pienses; esta y el resto de batallas se van a ganar.  Imagínate que suspendes, pues otro año será, no vas a ser ni el primero ni el último que repite curso

Jaime.- entonces habré perdido esa batalla

Ernesto.- no, habrás suspendido un curso o ni eso, un trimestre que recuperarás sin problema.    Pero habrás ganado la batalla de la vida con ímpetu al no rendirte.

Laura.- yo cuando estudiaba en C.O.U.    Casi suspendo

Jaime.- ¿también estuviste mala?

Laura.- no sé si eso se puede llamar enfermedad, se me fue la cabeza por culpa de un engendro de dos patas

Jaime.- ¿y era grave?

Laura.- mucho, mira aún me dura

Jaime.- ¿pero tú estás bien?

Laura.- no me puedo quejar

      -Ernesto se partía de la risa y Jaime a cada palabra de su madre se preocupaba más-

Jaime.- pues tendrás que volver al médico

Ernesto.- no hagas caso, ese del que habla soy yo.    Fue cuando empezamos a salir como novios

Jaime.- ¿pero vosotros fuisteis novios?

Laura.- claro y luego ya nos casamos

Jaime.- a sí, de eso si me acuerdo

       -los dos comenzaron a reír-

Laura.- vamos termina de comer y te echas un poco hasta que llegue Andrés.

 

       Estaban terminando de recoger la mesa cuando sonó el timbre; al abrir la puerta allí estaban el doctor junto a su esposa “Claudia”

Ernesto.- ¿Cómo ustedes por aquí, pasa algo?

Jesús.- no tranquilos, no pasa nada.      Ella es mi mujer Claudia, el es Ernesto el padre de Jaime

Laura.- ¿quién es? (desde la cocina)

Ernesto.- el doctor Hernández con su señora, pero estate tranquila que no pasa nada

   - Laura y Jaime salieron corriendo al pasillo-

Ernesto.- ella es Claudia;   esta es Laura y este malandrín Jaime

Laura.- pero pasar al salón que hago un café

Claudia.- ven Jaime siéntate aquí a mi lado; me ha dicho Jesús que te portas muy bien

Jesús.- bueno, se va portando

Claudia.- he estado hablando con un compañero y ha programado una cita para ti y tus padres “ya os llamarán un día de estos” es un tipo muy simpático y solo porque a veces es bueno hablar las cosas

Ernesto.- pero no es nada grave

Jesús.- no, es el psicólogo de la asociación, que hace un seguimiento de los enfermos y sus familiares

Ernesto.- a nosotros no creo que nos haga falta

Claudia.- mejor, pero en estos casos una ayuda nunca viene mal, que se le da muchas vueltas a la cabeza y de cuando en cuando hay que ordenar la azotea

Laura.- ya están aquí los cafés y la azúcar para que la pongan a su gusto

Ernesto.- me estaban diciendo que nos va a dar cita el psicólogo para vernos

Laura.- pues me parece bien, no nos vendrá mal

Claudia.- así es como hay que ser

Laura.- ya nos habló de usted Claudio, la pone por las nubes, solo tiene palabras de reconocimiento para describirla

Claudia.- ah mi tocayo, un gran tipo, con sus rarezas, pero buena persona

Jesús.- por lo que he podido oír, desde que está junto a ellos no lo conoces; todo a raíz de la noche que fue Jaime a urgencias

Ernesto.- es uno más de nuestra pequeña familia

Jaime.- y Raúl y Patri También

Claudia.- entonces sois muchos

Ernesto.- son los dueños del bar del parque, como si fuéramos familia y es el sitio donde siempre nos juntamos y desde aquel día, pues Claudio antes de ir a trabajar pues pasa siempre a tomarse algo con nosotros.

Jesús.- se me olvidaba, otra cosa;   me han dicho en la asociación que ha llamado el director del colegio donde va Jaime solicitando una charla. ¿Sabéis algo?

Laura.- es verdad, se me había olvidado, le dijimos que la hiciera unas madres y yo;    que preguntase por el doctor Hernández,  pero ya ni me acordaba

Jesús.-  creo que ya sé que madres son, estuvieron en una charla hace poco con sus hijas, así que cuando saque algo de tiempo se la confirmo, que últimamente ando yo muy liado

Ernesto.- pues una de ellas preparó una en el patio que casi salimos a hombros

Claudia.- esto no me lo pierdo, cuenta, cuenta.

    Laura empezó a contarle todo lo sucedido en el patio, la reunión del día siguiente en el despacho del director y la tertulia de las tres madres con Patri a la hora del café.

 


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