jueves, 16 de marzo de 2023

Gorras en el armario 025

 

 

      Esa tarde ni Jaime ni las dos amigas asistieron a clase;

 

          Después de comer habían quedado las madres para tomar un café y dejarlos en la puerta del colegio pero en la conversación se les pasó el tiempo.

          Ya llegaban tarde, por dos horas de clase tampoco iba a pasar nada.

                 Pidieron un parchís a Raúl para que estuviesen entretenidos y sin dar guerra en la mesa del fondo.

       Con ellas se sentó Patricia que ya había acabado de fregar.

Patricia.- vamos a pedir otros cafés, que invito yo.

Madre de Adry.-  yo mejor en té verde, que dos cafés ya es mucho

Madre de Inma.- pues yo mejor, también

Laura.- yo otro café con leche

Patricia.- Tráenos dos con leche y dos té verde

Raúl.-  te los dejo en la barra

Patricia.- ¿ya se solucionó la bronca de ayer?

Laura.- esto no hay quien lo solucione

Madre “I”.- ya dejó las cosas muy claras Adry, menuda fiera

Madre “A”.- ya y se llevó la bronca.      Luego le dio un ataque de nervios, que para haberle pasado algo

Patricia.- por lo que le han contado algunos niños a sus padres, entre tres maestros no eran capaces de hacerse con ella y quitarla de encima del muchacho; pero todos coinciden en que ya era hora de que alguien le tocase el morro a ese sinvergüenza que es igual que su padre; que yo no sé quién es y prefiero no conocerlo

Laura.- Jaime llegó a casa asustado;    nunca había visto pegar tan deprisa, decía que era como una máquina de dar puñetazos

Madre “I”.- pues a Inma le fastidiaba el haberse quedado con Jaime y no haber pillado a otro por banda

Laura.- jolín con la delgadita, mira que es poquita cosa, pero sacó las uñas y se enganchó bien

Madre “A”.- a mi me sorprende  cada día y no le puedo decir que está bien hecho, pero en parte me alegro de que reaccionase así y ahora entiendo muchas cosas

Madre “I”.- tú Laura no sabes nada, pero el otro día nos pidieron las llevásemos a una charla que había en la biblioteca sobre el cáncer, pero no soltaron prenda.

 Nosotros no sabíamos nada de la enfermedad de Jaime, porque como va a recogerla la abuela pues llevábamos sin verlo un montón y bueno, pues tampoco te enteras de mucho de lo que pasa en el colegio.

Patricia.- pues si lo llegamos a saber, habríamos ido nosotras

Madre “A”.- y si lo llegamos a saber nosotras, pues os habríamos avisado, pero pensamos: ¿a qué vendrá ahora este interés?    Pero como estas niñas son tan raras con sus secretos.

Laura.- ¿y qué tal estuvo?

Madre “I”.- muy bien, estaba el doctor…     Creo que se llamaba Jesús

Laura.- ese es el médico de Jaime, es muy majo

Madre “I”.- Habló él y dos señoras y cuando iba a hablar otro señor, nos invitó a dejar la sala, por la edad de las niñas.   Fue un buen detalle, se ve que estaba pendiente de ellas.

Laura.- Jaime está muy contento con él.    Bueno y con todo el equipo

Patricia.-  está en buenas manos

Laura.- Jaime, de siempre se llevó muy bien con estas dos, pero ahora son uña y carne.  Cómo yo me pongo a leer en el árbol mientras ellos hablan, veo sus gestos y complicidades y están pendientes de cualquier cosa los días que se le ve más agotado

Madre “A”.- desde que empezaron el colegio, siempre han sido los tres y casi nunca han tenido demasiada confianza con el resto, son más raros

Patricia.- mejor, si se llevan bien, para que quieren complicarse la vida

Madre “I”.- que sí, que tienes razón, que son muy raros los tres, pasan de todo, les preguntas algo y ponen un oído enfrente del otro

Laura.- pero eso lo hacen todos a esa edad

Madre “A”.- pero cuando andan con muchos a alguno se le termina escapando algo ¿pero a estos?   Coño que no fueron capaces ni de decirnos que lo de la charla era por informarse sobre Jaime.

Patricia.- es algo que hay que aceptar, pero si a nosotros nos cuesta, imagínate a ellos

Laura.- en su círculo, eso sí, pero lo tienen normalizado, la pena es que el resto de compañeros, incluso maestros, lo vean como algo raro

Patricia.- pues mira que yo creo, que esto que ayer ha pasado, va a hacer que todo se vuelva diferente en clase

Laura.- yo había pensado en ir un día a hablar con el director para que se abordase un día el tema en clase y que invitasen a alguien  para poner esta realidad sobre la mesa sin tapujos.

Madre “A”.- cómo que tú, mañana mismo por la tarde “porque por la mañana trabajamos”  vamos las tres y hablamos con él

Laura.- yo creo que si  puede  al doctor Hernández, no le importaría ir a él un rato, si es a una hora prudente.

Madre “I”.- oye vamos, que ya están saliendo y como mi madre no vea a la niña se va a preocupar

Madre “A”.- sí vamos que mi suegro se pone enseguida nervioso y con eso que ha pasado, lo mismo se lleva un garrotazo a alguno.

-         Todos fueron hasta el parque pero por poco rato; ese día directos cada mochuelo a su olivo, en cada casa una conversación pendiente entre madre e hija sin secretos, cómo personas adultas e iniciar un camino de la mano juntas hacia adelante en cualquier situación.

 

 


 

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