Y con ellos llegó el
escándalo; las carreras por el pasillo intentando coger a Jaime para darle la
vuelta a la gorra a ver cómo le quedaba mejor, si con la visera puesta hacia
delante, para atrás o a un lado.
Paula.- ¡valió! Todos aquí
sentados, os voy a preguntar unos problemas de matemáticas
Isabel.- ¡Jo!, vaya rollo
Amalia.- ¿no has traído la baraja?
Paula.- sí, la de cencerros
-Todos se quedaron callados
sin entender aquello, mientras Laura y Paula se reían sin parar-
Alejandro.- pues yo no entiendo de
qué os reís
Paula.- ni falta que hace; venga,
sentaros todos
Laura.- mira que te hacen caso
enseguida, se nota que los tienes bien adiestrados
Amalia.- y cualquiera no hace
caso, se gasta un genio
Paula.- cualquiera que te oiga
pensará que soy una bruja malvada
Lorenzo.- malvada no, pero bruja…
Paula.- ¡ZAS! Colleja
Lorenzo.- ¡ay! ¿Pero porqué?
Paula.- por dos razones, una por
llamarme bruja y la otra por estar demasiado cerca
Alejandro.- que mano más larga tienes
Paula.- ¿quieres tú otra?
Laura.- bueno qué, vamos a
desayunar de una vez
Paula.- sí vamos que va a ser
mejor. Todos de la mano y en fila detrás de mí
Isabel.- a ver en qué quedamos, de la
mano o en fila
Paula.- las dos cosas y no hay
más que hablar
-Haciendo tontadas llegaron
hasta la cafetería y como siempre pidieron el desayuno, dieron alguna que otra
vez gritos molestos y salieron cabizbajos tras pagar como si ellos no hubieran
sido-
-al llegar abajo Virtudes estaba
hablando con Fernando-
Laura.- hola Virtudes, quería
hablar contigo
Virtudes.- pues ya me dirás
Laura.- que si se puede quedar
Jaime aquí con vosotros un rato, que dice que se quiere quedar
Virtudes.- pues claro, sin problemas
Laura.- y a qué hora tengo que
venir a recogerlo
Virtudes.- A la que quieras, subes a
la segunda planta y preguntas a cualquiera; si no estamos en la clase seguro
que andamos en alguna habitación dando guerra a algún ingresado
Laura.- pues sobre las dos vengo
Paula.- aprovecha para hacer
cosas y tranquila que Jaime va a estar bien
Laura.- me quedaré contigo un
rato, que no te quedes sola en el
pasillo
Paula.- ¿quién? ¿Yo?;
No, yo tengo mi camilla reservada sea día de tratamiento o no. Que si no
se aburren y se les hace largo
Laura.- pues entonces me voy.
Paula.- mira ya viene Ester, en un
momento estamos dentro
Laura.- ¿y si quiere hablar
conmigo el doctor Hernández?
Paula.- lo tienes bien sencillo,
pregúntale a Ester, pero ya te habría dicho algo Fernando
Laura.- Ester ¿sabes si quiere
hablar conmigo el doctor?
Ester.- estate tranquila, que si
algún día tuviese algo que hablar, yo te llamaría por teléfono con un par de
días de antelación
Paula.- vamos que se te hace
tarde, que ya ha subido los resultados Fernando hace rato
Ester.- hasta que llegue el
doctor yo no tengo prisa
Paula.- no y después tampoco
Ester.- pá qué
Paula.- pues eso digo yo
Laura.- de gusto ver lo bien que
os lleváis
Paula.- yo a esta la aguanto
porque manda más que yo
Ester.- anda calla, que eres la
más mandona
-Los niños allí callados,
por si se escapaba otra colleja-
- la rutina de siempre y
después escaleras arriba con Virtudes hasta la segunda planta a repasar los
deberes-
Virtudes.- mira Jaime esta es la
clase
Jaime.- que chula
Amalia.- mira estos son: Paco y
Arturo
Jaime.- pero estos no estaban
abajo
Isabel.- Paco y Arturo están
ingresados estos días
Lorenzo.- ya irás conociendo a
todos, somos muchos, pero no siempre coincidimos
-Jaime se acerca a Isabel
para hablarle al oído-
Jaime.- Isabel, pero estos niños
si tienen pelo
Isabel.- cada enfermedad tiene un
tratamiento distinto
Jaime.- ah vale
Virtudes.- ¿qué cuchicheáis?
Isabel.- nada que Jaime quería
saber porqué ellos tienen pelo
Jaime.- ¡calla!
Virtudes.- si no pasa nada, es bueno
que preguntéis, pero cualquier duda en voz alta y así nos enteramos todos de la
explicación.
Jaime.- perdón
Virtudes.- cuando tengas alguna duda nos preguntas y el que
sepa la respuesta pues la dice y si no lo sabemos, vamos a por alguna enfermera
y que nos lo aclare
Isabel.- ves como no pasa nada
Virtudes.- a ver dudas solo sobre el
temario de clase
-todos permanecen en
silencio-
Virtudes.- vamos, que hoy os sabéis
todo
-ninguno rechista ni
levanta la mano-
Virtudes.- yo tampoco es que tenga
hoy muchas ganas, así que vamos hacer una ronda por las habitaciones y así le
presentamos a los compañeros a Jaime ¿os parece bien?
Alejandro.- vale, y cada uno lo
presentamos en una habitación
Virtudes.- por su puesto, pero luego
quiero que todos levantéis la mano y repasemos las tareas.
-
así lo hicieron; fueron presentando a Jaime a los compañeros que
estaban ingresados, desde los más mayores hasta los pequeños. Niños
y niñas que pasaban por aquellas habitaciones cada cierto tiempo por la
complejidad de su dolencia-
A
las dos llegó a recogerlo Laura. Todo el
camino, durante la comida y después toda la tarde, hablando de sus compañeros,
a los que sus padres no conocían.
Al caer el sol, su cuerpo estaba derrotado
por el cansancio, los dedos parecían entumecidos y las venas del brazo parecían
arder. Al día siguiente no fue a clase;
no porque no se despertase e intentase sacar fuerzas de flaqueza, pero pesaba
más el cansancio que las ganas.
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