Salió de la cueva a respirar un rato
tranquilo.
Miró el firmamento azul y este le sonrió con
una mueca similar a la que mostraron aquella primera vez, su amigo Cosme y la
bella Vicenta.
Bajó de nuevo a la cueva. Para
nada necesitaba la luz de la linterna. En el fondo de la vieja tinaja de barro, bajo
los cascotes, se dejaba ver un brillo especial.
Limpió el fondo de cascotes, se quitó el
jersey, envolvió con cuidado las brillantes
reliquias y las llevó a casa, donde las dejó colocadas encima de la cama. Eran preciosas.
Por un momento pensó… Pero no, aún no eran suyas, no era el
momento, eso era una decisión de sus maestros.
Las
cosas habían sucedido justo cuando debían de suceder, esa noche brillaría en el
firmamento la primera luna llena de primavera y las puertas del reino de la luz
se abrirían a todos aquellos merecedores de tal privilegio. El
resto quedarían en la penumbra de las tinieblas esperando el juicio de la
balanza de sus acciones.
Bajó
hasta la casa de Nazario y sopló a la abuela que miraba tras los cristales, el
beso más largo e intenso de todos.
Luego dio la vuelta a la esquina y dio unos
golpecitos en la ventana de la estudiante.
--Esta dejo los libros y se acercó--
Forastero.-
por favor Milagros, hacia la media noche, te espero en mi casa
Milagros.-
¿pasa algo?
Forastero.-
no, tú tranquila, es que te tengo que contar una Historia
Milagros.-
pues cuando se duerman salgo por la trasera y subo
Forastero.-
no faltes, te espero.
De allí, fue a casa de Jesús a pagarle el
último día de trabajo y a interesarse por la salud de Luisito.
Jesús.-
Pasa Juan. ¿Decepcionado?
Forastero.-
no, yo solo quería abrir de nuevo esa cueva
Jesús.-
pues yo me había hecho a la idea de que encontraríamos algo
Forastero.-
¿me invitas a un café?
Jesús.-sí
claro, aquí otra cosa no, pero café siempre hay en el fuego, bueno agua sucia,
no está la cosa para muchos gastos.
Jesús entró delante como es natural; Juan sabía
que aquella familia estaba pasando penurias económicas así que al pasar al lado
de una chaqueta de lana que colgada de una escarpia en la pared del pasillo,
metió en su bolsillo unos billetes de mil pesetas, que seguro eso les
arreglaría un tiempo.
Forastero.-
¿y cómo está el pequeño?
Jesús.-
hecho un diablillo como siempre, no deja de dar guerra
Forastero.-
no digas eso, es un niño y está en edad de jugar y armar trastadas
Jesús.-
ya lo sé, el caso es que está bien. Vaya
susto y nosotros los dos en el campo sin poder ayudar, si no llega a ser por ti
Forastero.-
que ya te dije que la que estudia medicina es Milagros
Jesús.-
pues ella dice que el milagro eres tú.
Forastero.-
bueno ¿y Carmen y el niño? ¿Dónde están?
Jesús.-
el niño ya te digo, seguro armando alguna con sus amigos y Carmen andará
pelando a alguien con las otras. Entre todas estas tienen
el gallinero desplumado. Y no sé porqué
me da que hoy el gallo eres tú, con esa ocurrencia de abrir la cueva.
---los dos comenzaron a reír----
Forastero.-
bueno pues aquí tienes el jornal de hoy que me voy a cenar
Jesús.-
ni se te ocurra, ya haremos cuentas otro día
Forastero.-
no seas tonto, cógelo que te hace más falta a ti que a mí.
Jesús.-
muchas gracias
Forastero.-
te tengo que hacer otro encargo; junto
a ti estos días he podido contar a doce hombres quitando piedras y hoy he
podido sentir desde la oscuridad, su
cara de desilusión al ver que no había nada. También la tuya. Toma
catorce billetes de quinientas pesetas. Uno, para cada uno de ellos, otro para ti y el
que sobra para Carmen, que menudo tute
se ha dado para dejar la casa decente
Jesús.-
¿pero?
Forastero.-
no hay peros, os lo merecéis, habéis trabajado duro por un capricho mío.
Que
ninguno de los que han trabajado se quede sin cobrar.
Jesús.-
de mi mano queda, ¿pero porqué no se lo das tú?
Forastero.-
yo solo soy un forastero, no lo entenderían.
Salió
de allí y se fue directo al bar, no tenía a nadie más a quien visitar. Paco estaba en la cocina haciendo la cena.
Se
acercó al abuelo y se puso en cuclillas cogiéndole las manos.
Forastero.-Amigo
lo siento, me tengo que ir. No, no me
llores, sabes que tu misión es hacer feliz a Paco el tiempo que te quede.
Cuando llegue el momento tu otro hijo estará
aguardándote, pero no tengas prisa, allí el tiempo es distinto y lo que aquí serán
un par años, a él le parecerán tan solo
unos segundos.
--Paco ya salía con los platos y los cubiertos
para poner la mesa—
Paco.-
vamos pon al menos los vasos y el vino, que no haces nada
Forastero.-
que hay hoy de cena
Paco.-
nada especial, unos huevos con unas patatas fritas
Forastero.-
Lo que sale de esa cocina siempre es especial, dentro de nada me veo bajando a
la plaza a comprar una talla más de pantalón.
Paco.-
al final que pasó esta tarde, que
estaban todos los hombres enfadados contigo
Forastero.-
que querían hacerse ricos a cuenta del tesoro que había enterrado la familia de
los Marrajos
Paco.-
la culpa es del secretario, que ya les
he dicho yo, que sueña tonterías y se le
nubla la vista. Es todo avaricia.
Forastero.-
yo al único que le dije que viniera, le he pagado el sueldo correspondiente y
para los demás, pues ya he dejado un algo
para que se contenten
Paco.-
¿pero qué esperabas encontrar?
Forastero.-
nada, yo solo quería que le entrase el aire a aquella cueva
Paco.-
no, si al final van a tener razón, estás para encerrarte en un manicomio
Terminaron
de cenar, recogieron la mesa y como cada noche Juan se quedó un rato frente al
abuelo, en cuclillas, hablando con él en
un cruce de sus miradas.
Se fue
sin despedirse. Era de mala educación,
pero tenía que ser así, para hacerlo más llevadero para todos.
-- A las once y media en punto,
Milagros llamaba a su puerta--
Forastero.-
pasa y siéntate junta a la lumbre
Milagros.-
¿pero pasa algo?
Forastero.-
qué no, pero te tengo que contar una cosa
--Se sentó frente a ella y le cogió las manos, sus pupilas se fundieron
y Juan comenzó a hablar--
Forastero.-Tu
bisabuelo cometió una falta grave, “me imagino que conocer el amor carnal”. Sentía tal pesar, que se desprendió de lo más preciado y
pasado un tiempo, al ver que aquello por lo que renunció a su don, era
imposible, se marchó a vagar por el
mundo.
Estos ojos, iguales a los tuyos, se los cogí
prestados a la señora Casilda, una hermana de tu abuela por parte de padre; esa
que está ahí arriba enterrada.
Esto
enlaza con lo que tú me has ido contando.
Cogió ese barco y fue a parar al otro lado del
mar y allí vivió su nueva vida.
Hace
un tiempo que murió.
Milagros.-
pero de eso, ya hace mucho
Forastero.-
allí el tiempo es distinto
Milagros.-
bueno, sigue contando
Forastero.-
Lo encontré perdido y triste camino de la oscuridad, lo vi arrepentido, no de cómo había vivido, ni de sus actos, si no de no haber terminado la misión que se
le había encomendado.
No
puede entrar en el reino de la luz sin antes devolver las alas a sus maestros.
Le
prometí que las encontraría para entregarlas y ahora que las tengo ya puedo
volver para guiarlo hasta el sitio donde debe de estar.
Tal vez, y no seré yo quien lo juzgue, no
fue un gran ángel, pero fue un buen hombre, no merece pasar su eternidad
vagando entre tinieblas.
Mis
maestros me dijeron que tenía una luz especial, la misma que tú tienes en los
ojos; la misma que cuando sea tu hora de partir, te llevará a su lado.
Yo
estaré pendiente, solo espero terminar
con éxito esta prueba y poder ocupar si es que lo merezco, ese puesto que él
dejó vacante.
Milagros.-
entonces dices que cuando llegue mi hora ¿tú me estarás esperando?
Forastero.-
te lo prometo. Ahora vete y no te
olvides de hacer el bien siempre que puedas.
Yo tengo que pasar a devolver
estos ojos y llevar las alas a donde tienen que estar.
Milagros.-
oye Juan y… Las podría ver
Forastero.-
entra en la habitación, están encima de
la cama, pero no podrás verlas; solo los destinados a ser ángeles pueden ver
su brillo
-Milagros entró a la habitación, pasaron unos minutos-.
El forastero esperaba que pasase el tiempo y
la luna se situase en el zenit del firmamento.
En el
silenció se oyó una voz dulce y entusiasmada:
Milagros.-
Juan, gracias por dejarme entrar.
¡ SON
PRESCIOSAS !
FIN
Este es el primer relato de una trilogía.
En breve empezaré a subir el relato 02
Título para el Blog: El
Regreso. Imagen de referencia (ya veremos)
MUCHAS GRACIAS a TOD@S, por su
ATENCIÓN y FIDELIDAD.
Carlos
Torrijos Pareja (C.a.r.l. España) ©®2022.
Dije desde el principio que venía de más allá de las estrellas, creía que era de otro más allá, me encanta. Buen y gran escritor, gracias por compartir y hacerme disfrutar de estos momentos especiales.
ResponderEliminarGracias, el lunes continuamos con la segunda parte de la Trilogy.
EliminarImpresionante final . Muy místico y emotivo. Aguardaré el siguiente comienzo!! . Felicitaciones
ResponderEliminarYa mismo nos vemos
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