Una
moto de gran cilindrada cruzaba la valla de seguridad y aparcaba como siempre en
esa plaza de aparcamiento reservada. Cuerpo de señora como de costumbre vestida
con mono de cuero negro, guantes, botas y casco de visera tintada. Extraña persona que tenía permiso para
subir directamente sin ningún tipo de control al despacho del ático.
La única junto con don
Alejandro, que se sabía la combinación de números y asteriscos para acceder al
ascensor privado y directo del garaje al despacho.
A la cámara del ascensor tan solo tenía
acceso el monitor de encima de la mesa, nadie podía verla, pero aun así ella jamás
se desprendía de ninguna prenda antes de entrar al despacho y cerciorarse de
que todas las puertas cámaras y micrófonos estaban anulados.
Nadie, ni las personas de confianza sabían su identidad y nunca le habían visto ni un poro de su piel.
Rubén.- cuantas veces me he preguntado
quién será esa mujer
Roberto.- algún día lo sabré, al
viejo no le queda mucho
Rubén.- siempre aspiraste a
ocupar su puesto
Roberto.- ese puesto nos pertenece
a uno de los dos
Rubén.- ¿ese puesto? Ni aunque me
lo regalen
Roberto.- cuánto van a cambiar las
cosas
Rubén.- pues sí, hay negocios más
legales y algo menos inhumanos
Roberto.- tú desde el otro día
estás muy raro, cuéntame que pasó
Rubén.- ya os dije que no pasó
nada, me encontraba mal
--en ese momento alguien llamó a la puerta—
.-
Perdonen, les llama don Alejandro a su despacho
Roberto.- esta conversación no ha
terminado
La puerta estaba
entreabierta, la primera vez que se les permitía la entrada antes de que la
señora abandonase el despacho.
Alejandro.- pasen, pasen.
Don Alejandro como
siempre junto al ventanal, ella junto al ascensor, cubierta de pies a cabeza.
Alejandro.- entre los encargados hay
alguien que habla demasiado, me acaban de traer su nombre, cosa que vosotros no
habéis sido capaces de descubrir.
Roberto.- ¿Quién es? Lo
solucionamos ahora mismo
Alejandro.- solo ella y yo lo sabemos. Espero que pronto me confirméis su identidad y que todo este finalmente solucionado
Rubén la miraba bien de arriba abajo,
esperando ponerla nerviosa y al menos oír su voz. Las puertas del ascensor se abrieron y tras
ellas desapareció con unos sobres entre sus dedos.
Alejandro.- este momento nunca ha
existido, váyanse y soluciónenlo
Los
dos fueron recorriendo local por local como si fueran simples clientes, unas
pelucas, bien maquillados camuflan su
identidad para que desde el despacho de la parte de atrás, el encargado no los
reconociera.
Las
dos menos diez, se aproxima la hora, entre las últimas naves de un polígono
industrial poco iluminado esperan sentados en el coche. Luces azules se ven a lo lejos, un vehículo
apaga las luces y se aproxima después de dar un par de destellos y ellos
responder de misma manera.
Nadie se baja de los
coches, las ventanillas bajadas, puerta con puerta, conversación breve y un
sobre que pasa de mano en mano, luego, ya oída la información, esperan a que el
vehículo se aleje para retirar de sus rostros los pasamontañas y salir rumbo a
otro local.
-A dos calles del polígono el coche reduce la velocidad-
Roberto.- ¿Qué pasa?
Rubén.- ponte el pasamontañas,
vamos a dar la vuelta
Roberto.- ¿algo raro?
Rubén.- alguien nos está
vigilando, alguien que sabía que estábamos aquí
Cuando iban hacer el cambio
de sentido una moto pasaba delante de ellos a gran velocidad
Roberto.- síguela, síguela
-- Imposible ni ver por qué cruce se ha desviado—
Rubén.- estos nos la han jugado,
nadie podía saber de este encuentro
Roberto.- esto no pinta bien, nunca
don Alejandro nos había vigilado a nosotros
Rubén.- o lo ha hecho siempre y
nunca nos hemos dado cuenta
Roberto.- vamos, hay que averiguar
quién es esa mujer, ese par de polis saben más de lo que nos han contado
--Al día siguiente subieron los dos al ático—
Roberto.- perdone que le molestemos
Alejandro.- ¿ya lo solucionaron?
Rubén.- estamos en ello
Alejandro.- esa respuesta no me vale,
hagan lo que tengan que hacer
Roberto.- ayer nos estuvo siguiendo
la señora de la moto
Alejandro.- ¡fuera! No es de vuestra
incumbencia. Eso es lo que tendríais que
hacer vosotros con los que están a vuestro cargo. No os quiero ver hasta que todo esté
solucionado
Salieron de allí pensativos; Rubén preocupado de cómo evitar, la sangre manchase sus manos de nuevo, Roberto con la duda de si él, era el segundo o lo era esa mujer.
Eso no lo podía permitir, llevaba demasiado
tiempo esperando como para dejarse quitar el puesto por alguien desconocido.
Roberto contacto de nuevo con los polis de la
noche anterior, tenían que verse de nuevo, esta vez en otro lugar, advirtiendo
de la confidencialidad de la cita. Rubén le dijo que ya tenían una información
suficiente para ir a hablar con Alex y solucionar lo ocurrido.
Roberto.- para mí no es suficiente
Rubén.- no nos debemos entrometer
en asuntos que ni nos van ni nos vienen
Roberto.- ¿cómo? Tengo que saber quién es
Rubén.- ¿para eliminarla? Estás cegado por algo que nunca llegará
Roberto.- no lo voy a permitir. Tú
que sabrás lo que yo he hecho en estos años
Rubén.- lo mismo que yo, menos
darte cuenta que no todo está bien
Roberto.- no se te ocurra nunca
darme lecciones de valor
Rubén.- si no fuera por tantos
años te tendría asco, como te conozco, mi das pena
Roberto.- ¿no piensas venir?
Rubén.- no, yo tengo que ir a
hablar con Alex, que es lo que me han encomendado
Roberto.- está bien, por eso es, tú nunca podrás ser el numero uno
--Cerró la puerta con fuerza y dejó solo en el despacho a Rubén—
Alhaba allí en su soledad y
silencio se encomendaba a sus maestros esperando alguna luminosa inspiración
para solucionar aquella situación. El reconducir a esa persona tan abariciosa
parecía misión imposible, pero ahora había cosas más importantes que solventar.
A media tarde se fue al local
que regentaba Alex, aún estaba cerrado, tan solo estaban unas chicas limpiando
y reponiendo las cámaras de bebidas.
Rubén.- Buenas tardes
Señorita.- lo siento, aún está
cerrado
Rubén.- dígale a al señor Alex
que está aquí Rubén
Señorita.- lo siento pero no conozco
a ningún señor Alex
--Alex abrió la puerta de su despacho—
Alex.- déjalo pasar – de
un grito desde la otra punta del local—
Rubén
bordeó toda la barra hasta llegar a la puerta viendo trabajar a aquellas
pobres, agarrando con fuerza la impotencia entre sus dedos.
Rubén.- me mandó don Alejandro a
que hablemos
Alex.- pasa
Rubén.- has tenido suerte, las
circunstancias han hecho que venga yo solo
Alex.- ¿me estás amenazando?
Rubén.- sí, por supuesto
Alex.- cómo te atreves
Rubén.- don Alejandro, Roberto y
alguien más, ya saben de mi presencia aquí.
Tú fuiste quién desbarató
la entrega de la otra noche y mi cometido es eliminarte.
–Portando una pistola en su mano derecha--
Alex.- no por favor, no tuve más
remedio, era una cuestión de vida o muerte
Rubén.- bueno, lo podemos
solucionar pero esta vez es una cuestión de vida o muerte para tu esposa y tu
hija. Tú decides.
Alex intentó acercar su mano al cajón, Rubén cerró los ojos y apretó el gatillo. La
mano derecha de Alex comenzó a sangrar.
Rubén.- parece que no lo has
entendido, no eres tú el que puedes morir
Alex.- haré lo que quieras, por
favor ellas no
--los guardaespaldas de Alex
intentaban derribar la puerta tras oír el disparo---
Rubén.- túmbate en el suelo y no
te muevas o ellas correrán tu misma suerte.
--cerró de nuevo los ojos y le volvió a disparar en el hombro
izquierdo--
Rubén abrió la puerta
con la pistola en la mano apuntándolos directamente.
Rubén.- poner su coche
inmediatamente en la parte de atrás y sin preguntas
Dos de los gorilas ya
conocían a Rubén de verlo en el edificio central y dieron orden de que se
hiciese.
Entre los tres, retiraron la mesa
llena de sangre y envolvieron el cuerpo con lo primero que pillaron.
Lo cogieron como un petate y lo introdujeron
en el maletero.
--Rubén apuntó con el arma a uno
de ellos--
Gorila.- no, no.
Rubén.- a partir de ahora y hasta nueva orden tú eres
el nuevo encargado del local
Gorila.- sí señor
Rubén cogió el coche y
marchó conduciendo con prudencia y sin quitar la mirada del espejo retrovisor.
Efectivamente la señora de la moto, le
siguió hasta después de haber recorrido
varios kilómetros. Luego desapareció.
Tras una hora dando
vueltas el coche paró en un callejón, desenvolvió el cuerpo en el maletero. El
rostro de Alex estaba desencajado.
Rubén.- vamos levanta ya, por
suerte no has perdido mucha sangre
Alex salió del
maletero y por la parte de atrás accedieron a un piso que parecía deshabitado.
Allí Rubén le curó las heridas,
los dos impactos tenían orificio de entrada y salida, era más el susto que el
daño provocado. Después lo encadenó a un radiador para evitar
tonterías.
Rubén.- me tengo que ir, tú ya
estás muerto. Hasta que pueda solucionar
tu nueva identidad y donde volverte a reunir con tu familia todo depende de ti.
Al mínimo intento de fuga, ya sabes donde
os reuniréis.
Se acercaba la hora en la
que habían quedado en el descampado junto al río. Primero temía que dejar aquel
coche en un sitio alejado y tras prenderle fuego, volver a las proximidades del
local a por el suyo, antes de irse a reunir con Roberto. Prefería ir, aunque no se le
esperase. No
es que se lo mereciese, pero su deber era protegerlo e intentar lo imposible.
Cuando llegó al
descampado, allí estaban los dos coches, los tres fuera de ellos (cosa nada habitual).
Los dos polis arrodillados y
Roberto con la pistola en la mano les pedía explicaciones.
Rubén se acercaba con los
brazos en alto boceando:
.- Roberto, soy yo,
no hagas ninguna bobada
Roberto.- ¡hablar! ¿Quién es esa
señora?
Empezaba a anochecer, el sol rayaba el
horizonte.
La moto se aproximó a gran
velocidad y disparó sobre los tres. Unos de los policías corruptos murió en el
acto, Roberto cayó herido al suelo con dos impactos de bala en la espalda y el
otro agonizaba.
--Rubén corrió hacía ellos
mientras la moto se alejaba--
Rubén.- ¡Dime quién es!
-- mientras zarandeaba al poli agonizante—
Policía.- la subinspectora Virginia -- mientras exhalaba su último aliento—
Roberto estaba inconsciente. Rubén lo subió al
coche y se dirigió rápidamente al hospital más cercano.
Mientras
conducía, daba órdenes por teléfono para destruir inmediatamente el vehículo policial
con ellos dentro y que recogiesen su coche aparcado al otro lado de la
arboleda.
Vaya trama!! Mucha mafia y sangre !! Seguimos ...
ResponderEliminarpoco a poco ,lo intentaremos arreglar, ja, ja,
EliminarEstá en tus manos ... ja ! Tuya es la historia ! Habrà romance ???
ResponderEliminarPecadora,,, ja, ja, ja,
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